Universidad de Carabobo - Facultad de Educación - Dirección de Postgrado - Doctorado en Educación



Este espacio tiene como finalidad difundir y promover las producciones escritas del Proyecto Libre: Elaboración y Publicación de Informes Científicos, desarrolladas por los participantes del Doctorado en Educación de la Universidad de Carabobo -Núcleo Guanare (periodo 2011-3), con las orientaciones del facilitador Dr. Julio González.

Este curso está concebido bajo la idea de que el proceso de divulgar un conocimiento producto de un investigación será más efectivo en la medida en que se disponga de diferentes modalidades para su difusión entre los miembros de la comunidad cientifica.


jueves, 8 de diciembre de 2011

La elaboración de artículos científicos y su Importancia para la formación doctoral

Bueno Rosalba
González Erín
Oviedo Iris
Silva Teresa
“…el científico no sólo tiene que ´hacer´ ciencia sino también ´escribirla´…”
Day y Gastel (2008)
Redactar significa según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) compilar o poner en orden, es decir; expresar por escrito los pensamientos o conocimientos de una forma ordenada. Existe diversidad de temas que pueden plasmarse cuando se decide escribir, para ello se debe tener presente ciertos parámetros, que autores como Day Robert y Gastel Bárbara en su libro “cómo redactar y publicar trabajos científicos” lo dejan bastante claro.
Dichos autores afirman que el propósito de la redacción científica es informar acerca de investigaciones publicadas en revistas, mediante trabajos científicos que contengan las normas establecidas, en términos generales de acuerdo a la postura de los autores, implica “escribir” sobre temas científicos y comunicar al público en general cuestiones científicas; por esta razón, debe ser lo más clara y sencilla posible. Esto representa la característica fundamental de la redacción científica y a la vez una exigencia.
Es importante señalar que la ciencia debe ser comunicada de manera clara sin necesidad de utilizar adornos literarios, metáforas, símiles, y expresiones idiomáticas; pues eso solo conlleva a la confusión. A veces a la hora de escribir, caemos en ese error; es por ello q todo artículo científico debe tener un orden lógico de ideas y un lenguaje apropiado. En otras, el científico para que pueda tener éxito debe ser culto y sus trabajos deben ser publicados o comunicados, esto es lo que se llama “Divulgación Científica”.
Siguen señalando dichos autores: “para escribir un trabajo científico se debe adoptar una actitud mental adecuada y un enfoque igualmente adecuado para poder abordarlo”, haciendo el uso de trabajos científicos ya publicados relacionados al campo de investigación que se desea plasmar y; visualizar en ellos la forma en que están escritos o estructurados; estos servirán como modelo para elaborar un escrito adecuado para su presentación. Hay que aclarar que escribir no es una tarea fácil, por ello, cada idea que surja debemos escribirla y así tendremos un registro de ideas útiles para facilitar la redacción de los trabajos. Otro factor indispensable es el tiempo pues a la hora de escribir se debe reservar un tiempo especifico para redactar y revisar el trabajo hasta que esté completamente acabado, revisar si el escrito contiene toda la información necesaria, si está claramente expresado y organizado coherentemente, además de revisar la gramática, la ortografía, puntuación y terminología empleada.
Tomando en consideración todos estos elementos se tendrá un “Artículo Científico” con estructuras claramente diferenciadas: introducción, métodos, resultados, discusión, de allí radican las siglas IMRYD utilizado como un método eminentemente lógico, no solo para la elaboración de artículos científicos sino también para otras clases de textos de carácter expositivo. Según Artiles (1996), un artículo científico, se hace con la finalidad de comunicar los resultados de investigaciones, ideas y debates de una manera clara, concisa y fidedigna, además señala que la mejor manera de aprender a escribir es haciéndolo, aceptando las críticas de quienes hacen la respectiva revisión.
No obstante, todo trabajo científico es producto de un esfuerzo, no es una tarea sencilla; ello supone el aporte intelectual de quien lo elabora, así como también en la propia producción de conocimientos teóricos (epistémicos, metodológicos, técnicos y aplicados). En ese sentido, el trabajo intelectual en una tesis doctoral radica en la necesidad de integrar todo el cúmulo de experiencias personales, profesionales y de vivencias, llevándolo al plano científico.
Sin embargo, existen casos en que el autor se inventa los datos de un trabajo, sin haber hecho dicha investigación. Estamos hablando entonces de lo que Day y Gastel denominan la ética de la publicación científica. Lo que significa entonces que hay que tener presente las normas éticas del comportamiento y la publicación científica, como lo son: la autenticidad y exactitud, debe ser original, es decir; novedoso. De utilizar información de otros trabajos de debe reconocer el origen, citar el autor, encerrarlas entre comillas. Tratar de una forma ética de quién o sobre quién se esté haciendo el trabajo y, por último informar si existen conflictos de intereses en su trabajo científico.
Ahora bien, llega el momento de la presentación del manuscrito pero el autor no sabe dónde lo va a publicar. En este caso se recomienda, seleccionar antes de comenzar a escribir la revista en qué piensa publicarlo de este modo se adecuará a las exigencias de la misma e ira orientada a un público en específico. Asimismo se debe tomar en cuenta el prestigio de dicha revista. Otro aspecto a considerar es el libre acceso es decir; que se ofrezca en línea y, por último; el factor de impacto de dicha revista, para determinar cuán importante es la misma. En relación a la utilización de las instrucciones de los autores, esta permite al escritor ahorro de tiempo y, de esta manera va a tener el éxito tan esperado, osea la aprobación y por ende, la publicación del artículo científico que era su fin último.
En otro orden de ideas, cuando Day y Gastel hacen referencia sobre cómo escribir una opinión, proponen el uso de un estilo riguroso de escritura, esto implica mantener una organización lógica de lo que se desea expresar. Al elaborar un artículo de opinión, se debe tener presente que la actividad científica y la académica están indisolublemente unidas a la escritura (Camps, 2007); es así como el lenguaje escrito adquiere gran importancia en la construcción de la ciencia, debido a que permite proyectar y compartir con la sociedad, los resultados y hallazgos alcanzados.
Al momento de redactar opiniones científicamente informadas, hay que aplicar lo tres principios de la redacción científica, señalados por la UNESCO (1983): precisión, claridad y brevedad; esto con la finalidad de que la información que se desea comunicar llegue de los lectores de la mejor manera posible. Según Day y Gastel, las opiniones pueden estar orientadas de la siguiente manera:
Reseñas de libros
La reseña de un libro es una presentación oral o escrita de la opinión de un crítico sobre una obra, su objetivo principal es informar sobre la estructura y contenido del libro y dejar saber si vale la pena leer el libro que está en discusión.
La reseña no debe confundirse con un reporte. Un reporte es completamente comprensivo. Se limita a una presentación totalmente objetiva de hechos: título, autor, género, precio, datos relacionados con la publicación, condiciones bajo las cuales la obra fue producida, construcción de los hechos, ilustraciones presentadas, entre otros. Esto quiere decir, que la reseña va más allá de una descripción e implica además la evaluación del texto, para ello se debe leer detenidamente el libro y evitar leer resúmenes, comentarios o propaganda previa a esa lectura inicial. Asimismo, es recomendable razonar cuidadosamente el título del libro o trabajo y el significado e implicación.
Asimismo, se sugiere leer el libro en su totalidad para tener una impresión general. Sobre esta impresión inicial, hacer un bosquejo mental de cómo se va a trabajar en la reseña. A lo largo de la lectura, se harán anotaciones que posteriormente se pueden desarrollar, para darle consistencia a la reseña elaborada. Evaluar un libro, no se trata de resaltar solo aspectos positivos o por el contrario, tratar de desprestigiar al autor, sino de presentarlo de forma objetiva de manera tal que el público en general pueda tener una apreciación sobre el objetivo del texto, su contenido y así determinar su utilidad o despertar el interés por su lectura.
Editoriales o columnas de opinión
Day y Gastel (2008), señalan que los editoriales de revistas o periódicos pueden ser de perspectiva, cuando se hace un comentario sobre un artículo científico publicado en ese mismo número. También el editorial puede ser persuasivo, cuando se presenta un punto de vista u opinión sobre un tema de interés público. Es recomendable que en cualquier caso, Una vez elegido el tema, se fije el objetivo que se persigue con el editorial: crítica, recomendación, apoyo, elogio o denuncia.
Asimismo, para elaborar editoriales o artículos de opinión, hay que tener presente los requisitos y políticas de publicación del periódico o revista donde se va a publicar. En la redacción, se debe utilizar un lenguaje claro, expresivo y sugerente, además, de organizar el artículo de modo que el lector pueda deslindar claramente los hechos objetivos y la parte interpretativa.
Cartas al director
La sección Cartas al Director es una de las más leídas en los diarios o revistas, sean gratuitos, de pago o digitales. Todas las cartas al director siguen un proceso de arbitraje para su publicación. Es necesario que esta carta se redacte de manera coherente y sin exagerar los hechos sucedidos. Otro aspecto que se debe cuidar es la brevedad y sencillez de la información, de manera que al lector le quede claro la intención de la carta, además, se debe tener en cuenta el poco espacio que disponen los medios para este tipo de publicaciones.
Es recomendable aprovechar los temas de actualidad, para lograr que la carta impacte sobre una temática vigente y de interés público. También es conveniente que este escrito brinde un aporte a la realidad planteada, para ello se deben evitar las críticas y aportar soluciones. El cuidado con la ortografía y redacción es indispensable en estos textos, se puede hacer varias revisiones antes de enviar la carta o pedirle a otra persona que haga una revisión previa, a objeto de determinar posibles fallas o confusiones.
Otro aspecto de sumo interés, presente en el libro de Day y Gastel (2008), lo constituye el apartado sobre el estilo científico, específicamente, lo relacionado con los capítulos 30 y 31, en los que se hace alusión a los usos y abusos de lenguaje y a algunas recomendaciones para evitar las palabras rebuscadas e imprecisas, que por lo general confunden al lector.
En la elaboración de todo artículo científico, se hace uso del lenguaje como un instrumento de comunicación que permite difundir nuevos conocimientos, así como falsear o validar los que ya existen. Para ello se requiere que el investigador haga buen uso del discurso, lo que exige que el lenguaje utilizado para la transmisión de estos saberes pueda difundirse por toda la comunidad científica y extenderse por todo el mundo sin ningún tipo de interferencias para su fácil y adecuada aplicación.
Al redactar un artículo científico, debe prevalecer la sencillez y el uso adecuado de la sintaxis, esto con la intención de evitar términos confusos o frases que se presten para interpretaciones incorrectas.
El lenguaje científico se caracteriza por ser claro y preciso, es por ello que muchas veces el uso de metáforas o comparaciones puede resultar innecesario y desviar la atención del lector. Otro aspecto de gran relevancia, lo constituye, el uso adecuado de los tiempos verbales, por ello Day y Gastel (2008), recomiendan usar el tiempo presente para referirse a los trabajos anteriormente publicados, y el pasado para describir los resultados actuales.
El abuso de la voz pasiva, es muy frecuente en las redacciones científicas, en lugar de ello se recomienda el uso de la voz activa por ser más precisa y menos verbosa, además permite el ahorro de palabras. Asimismo, utilizar la jerga del oficio deja fuera de la conversación al lector; sin embargo, en algunos casos los tecnicismos son indispensables; por ejemplo, no es lo mismo los capitalistas que los ricos, aunque la segunda palabra la entendemos todos. De ahí que los tecnicismos deban usarse, pero siempre explicando enseguida su significado, y si no es fundamental el uso de la terminología técnica, es preferible omitirla.
A manera de reflexión, muchas veces se piensa que el arte de escribir es un privilegio para unas cuantas personas. No obstante, después del análisis del texto de Day y Gastel (2008), podemos decir que todos estamos llamados para expresar nuestras ideas y exponer los hallazgos de nuestras investigaciones, solo que para ello debemos prepararnos y hacer uso adecuado del lenguaje como la principal herramienta para lograr una escritura exitosa. Redactar un texto de forma correcta, implica no sólo conocimiento sino dedicación y práctica; de esta forma si uno dispone de unos minutos diariamente para escribir lo que en ese momento se le ocurra, habrá iniciado el camino para alcanzar una buena redacción.
En nuestra posición como doctores en formación, debemos desarrollar una práctica constante tanto de la lectura como de la escritura, a objeto de garantizar la elaboración de un discurso acorde en la preparación de nuestra tesis doctoral, con la intención de que en un futuro sea divulgado a la comunidad y pueda servir de utilidad tanto para la generación de nuevos conocimientos, como para la solución de problemas de nuestra realidad social.
En fin, mucho se puede decir acerca de la forma correcta de elaborar textos científicos, sin embargo la mejor sugerencia que podemos hacer para quien desea mejorar su manera de escribir es la formación de la voluntad. Si no existe una buena disposición para escribir, todo queda en buenos deseos, es por ello que se debe practicar de modo progresivo y afianzar el conocimiento de la gramática del español, sin olvidar que para que esto sea funcional es necesario el estudio de la sintaxis, la semántica y la fonología.
Referencias
Artiles Visual, L. (1996). El artículo científico. Revista Cubana de Medicina General Integral. Abril-Junio. Disponible en: http://www.angelfire.com/sk/thesishelp/ artic.html. Consultado: 04-10-2011
Camps, Anna (2007). Prólogo del libro: Escribir y comunicarse en contextos científicos y académicos de Castelló Montserrat. Editorial Grao. Disponible en: http://books.google.co.ve/books?id=D150ZHoztwkC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false. Consultado: 05-10-2011
Day R. A. y Gastel, B. (2008). Cómo escribir y publicar trabajos científicos. Organización Panamericana de la Salud. Publicación Científica y Técnica N. 621. 4ª edición.
Diccionario de la lengua española (2010). Vigésima segunda edición. Disponible en: drae.rae.es/Consultado: 04-10-2011
UNESCO (1983). Guía para la redacción de artículos científicos destinados a la publicación/Preparada para el/Programa General de Información y UNISIST-Segunda Edición/revisada y actualizada por Anders Martinsson-París-Unesco, (PGI-83/WS/10).

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